lunes, 21 de diciembre de 2009

Capitulos Sweezy V, VI y VIII

CAPÍTULO V LA REPRODUCCIÓN SIMPLE

El autor cuando habla del concepto de La Reproducción Simple, se refiere a un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y las mismas proporciones entre sus diversas partes. Es necesario para su cumplimiento que los capitalistas repongan cada año el capital gastado o usado y empleen toda su plusvalía en el consumo; y que los obreros gasten todo su salario en el consumo.
La producción se divide en dos amplias categorías:- Producción total de medios de producción- Producción total de artículos de consumo.
Ambas, tomadas en su conjunto, constituyen la suma de la oferta social de mercancías.
El ingreso, por otra parte, podemos decir que se divide en tres categorías:- El ingreso del capitalista que éste debe gastar en medios de producción si ha de mantener su posición como capitalista.- El ingreso del capitalista que éste es libre de gastar en el consumo, (plusvalía).- El ingreso del trabajador, (salario).
Las raíces de la acumulaciónProceso conocido como acumulación del capital; constituye la fuerza motriz del desarrollo capitalista, la Reproducción Simple implica la abstracción de lo más esencial en el capitalista. Convertir una parte de su plusvalía en el capital adicional. Su capital acrecentado le permite entonces apropiarse aún más plusvalía, que a su vez convierte en capital adicional, y así sucesivamente.
El capital tiene una sola cualidad, la de poseer magnitud, y de aquí se sigue que un capitalista puede distinguirse de otro solamente por la magnitud del capital que representa. El propietario de una gran cantidad de capital ocupa un puesto más alto en la escala social que el propietario de una cantidad pequeña; posición, prestigio y poder se reducen a la vara de medir cuantitativa de pesos y centavos. El éxito en la sociedad capitalista, por lo tanto, consiste en aumentar el capital propio. Es interesante comparar las ideas de Marx sobre los motivos de la acumulación y el consumo de los capitalistas con las teorías contemporáneas ortodoxas que ponen el acento en la “abstinencia” y la “espera”.
Según la teoría de la abstinencia, es penoso para el capitalista “abstenerse” de consumir a efecto de acumular, y, por lo tanto, el interés del capital debe considerarse como el necesario galardón de tal abstinencia. Contra esto Marx sustenta la opinión de que acumular capital, es decir, acrecentar la riqueza propia, es un fin positivo y lleva consigo, tanto como el consumo, ciertos “placeres”.Los capitalistas quieren a la vez acumular y consumir; cuando hacen lo uno ello puede considerarse como abstinencia de lo otro.
La acumulación y el valor de la fuerza de trabajo: Planteamiento del problema“La fuerza de trabajo no es una mercancía ordinaria”. No hay capitalista que pueda dedicarse a producir fuerza de trabajo en caso de que suba el precio de ésta; en realidad, no hay ninguna “industria de fuerza de trabajo”. Sólo es una sociedad esclavista. Bajo el capitalismo, en general, el mecanismo equilibrador de la oferta y la demanda está ausente en el caso de la fuerza de trabajo.
Tan pronto se toma en cuenta la acumulación, eleva la demanda de fuerza de trabajo y no es ya lícito suponer la igualdad entre los salarios y el valor de la fuerza de trabajo. Para Sweezy, el mecanismo necesario para asegurar el que los salarios permanezcan más o menos al nivel convencional de subsistencia, reside en una teoría de la población.
La solución de Marx: El ejército de reserva de trabajoMarx estaba, bien enterado de la tendencia de los salarios a subir bajo el impacto de la acumulación de capital. Estaba completamente seguro de que tal elevación de salarios “no puede nunca alcanzar el punto en que amenace al sistema mismo”.La solución de Marx a este problema gira alrededor de su famoso concepto del “ejército de reserva del trabajo”, o como también lo llamó, la “población excedente relativa”. El ejército de reserva consiste de obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión constante: hacia abajo, en el nivel del salario.

CAPÍTULO VI LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE GANANCIA

- La formulación de la ley por MarxLa acumulación de capital va acompañada por una mecanización progresiva del proceso de producción. La misma cantidad de trabajo, operando con equipo más perfeccionado y eficiente, puede elaborar más materiales y rendir un volumen cada vez mayor de productos acabados. Ello quiere decir que la productividad del trabajo crece de continuo, pero también que la composición orgánica del capital (la proporción del desembolso del capitalista en materiales y maquinaria con respecto al desembolso total) exhibe también un curso ascendente sostenido. De esto, derivó Marx su famosa "ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia".
La Teoría de la Ley de Marx demostraba que ciertos obstáculos internos se oponían al desarrollo indefinido de la producción capitalista. Por una parte, una composición orgánica ascendente del capital es la expresión de la creciente productividad del trabajo; por otra parte, la tasa descendente de la ganancia que la acompaña tiene que cerrar al fin los cauces de la iniciativa capitalista.
- Las causas contrarrestantesMarx enumera seis causas contrarrestantes que contrarrestan y anulan la ley general de la tasa descendente de la ganancia. La sexta, se relaciona en realidad con la forma de calcular la tasa de la ganancia, y no la examinaremos aquí. El resto pueden ser clasificadas según su efecto sea mantener a la baja la composición orgánica del capital (Abaratamiento de los Elementos del Capital Constante) o elevar la tasa de la plusvalía (Aumento de la Intensidad de Explotación, la Depresión de los Salarios más Abajo de su Valor y la Sobrepoblación Relativa). La causa del Comercio Exterior, entra en ambos grupos:
1. Abaratamiento de los elementos del capital constante. El uso creciente de maquinaria, elevando la productividad del trabajo, disminuye el valor por unidad del capital constante, es decir, un aumento dado en la composición orgánica del capital, haciendo bajar el valor del capital constante, actúa en cierta medida como su propio correctivo.
2. Aumento de la intensidad de explotación. Se trata de la prolongación de la jornada de trabajo y en lo que hoy se llamaría "acelerar" y "estirar". La prolongación de la jornada de trabajo eleva directamente la tasa de la plusvalía, aumentando la cantidad de trabajo excedente sin afectar la de trabajo necesario. El acelerar y estirar, eleva la tasa de la plusvalía haciendo entrar el trabajo necesario en un tiempo más corto y dejando así una parte mayor de la jornada de trabajo no alterada para el trabajo excedente. Estos métodos son recursos adoptados por los capitalistas para compensar una tasa descendente de la ganancia.
3. Depresión de los salarios más abajo de su valor. Es la práctica de reducción de salarios, que los capitalistas están dispuestos a adoptar cada vez que pueden.
4. Sobrepoblación relativa. El uso creciente de maquinaria, que significa una más alta composición orgánica del capital, deja libres a cierto número de trabajadores y crea así la sobrepoblación relativa, que deprimen, mediante la competencia con la fuerza de trabajo activa en el mercado de trabajo, la tasa de los salarios, y elevan por este medio la tasa de la plusvalía. Además Marx apunta que la existencia de trabajadores ocupados conduce a la instalación de nuevas industrias con una composición orgánica relativamente baja y, por tanto, con una tasa de la ganancia relativamente alta que hacen subir la tasa de la ganancia general.
5. Comercio exterior. Hace posible adquirir materias primas y artículos necesarios para la vida, más baratos que si se produjeran en el país. Esto hace que se eleve la tasa de la ganancia elevando la tasa de la plusvalía y reduciendo el valor del capital constante.- Una crítica de la leyLa ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia ha sido objeto de numerosas críticas, lo mismo de partidarios que de oponentes de Marx.
En primer lugar, la productividad ascendente tiende a llevar consigo una tasa más alta de la plusvalía. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo, y Marx mismo nos dice que una más alta productividad va invariablemente acompañada por una tasa más alta de la plusvalía.
La tasa de la ganancia bajará si el porcentaje de aumento en la tasa de la plusvalía es menor que el porcentaje de disminución en la proporción del capital variable con respecto al capital total (1-composición orgánica del capital). Cuando la composición orgánica del capital aumenta, la proporción del capital variable con respecto al capital total disminuye.
Marx consideraba los cambios en la tasa de la plusvalía como una causa contrarrestante pensando que los cambios en la composición orgánica del capital deben ser de fijo enormes como para sobrepujar en mucho a cualquier posible efecto compensatorio de los cambios en la tasa de la plusvalía. Sin embargo Sweezy cree que tal opinión es insostenible puesto que la composición orgánica del capital es una expresión de valor; y debido a la productividad del trabajo en ascenso constante, el crecimiento en el volumen de maquinaria y materiales por obrero no debe considerarse como un índice del cambio en la composición orgánica del capital. La impresión general de la rapidez del crecimiento de la composición orgánica del capital parece ser considerablemente exagerada.
Es dudoso que tenga algún objeto útil el intento de conservar la distinción implícita de Marx entre el ascenso primitivo en la composición orgánica y la baja contrarrestante (pero más pequeña) debida al abaratamiento de los elementos del capital constante. Todo lo que puede observarse en todo caso es el cambio neto en la composición orgánica que es resultante de ambas fuerzas. No hay ninguna suposición general de que los cambios en la composición orgánica del capital serán relativamente tan superiores a los cambios en la tasa de la plusvalía que los primeros dominarán la los movimientos en la tasa de la ganancia. Por esta razón, la formulación de la ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia por Marx no es muy convincente. Al mismo tiempo podemos advertir que los intentos hechos para demostrar que una composición orgánica ascendente del capital debe ser acompañada por una tasa ascendente de la ganancia tampoco son convincentes.
Esto no significa que no haya ninguna tendencia de la tasa de la ganancia a descender. No sólo Marx, sino los teóricos clásicos y los teóricos modernos también, todos han considerado una tendencia descendente de la tasa de la ganancia como un rasgo básico del capitalismo. Lo que pretende Sweezy es manifestar que no es posible demostrar una tendencia descendente de la tasa de la ganancia comenzando el análisis por la composición orgánica ascendente del capital. La misma composición orgánica ascendente del capital no es sino un eslabón de una cadena causal más larga de influencias que actúan sobre la tasa de la ganancia. Tras de la composición orgánica ascendente del capital está el proceso de la acumulación de capital, y es aquí donde debemos buscar las fuerzas que tienden a deprimir la tasa de la ganancia, debido a que tomada en sí misma, la acumulación de capital actúa para aumentar la demanda de salarios y que si los demás factores no cambian, tal elevación de los salarios conduce a una reducción en la tasa de la plusvalía, que a su vez se expresa en un descenso en la tasa de la ganancia.
Mediante la introducción de maquinaria y ortos recursos para economizar trabajo, procuran mantener la tasa de la ganancia en su nivel anterior y aun elevarla por encima de él. Es aquí donde la composición orgánica ascendente del capital entra en el cuadro. El aumento en la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de la plusvalía.
Por último, existen otras fuerzas, además de las mencionadas, que pueden ser clasificadas en aquellas que tienden a deprimir la tasa de la ganancia y aquellas que tienden a elevarla. Entre las fuerzas tendientes a deprimir la tasa de la ganancia podemos mencionar, los sindicatos, y la acción del Estado en beneficio de los trabajadores; entre las fuerzas tendientes a elevar la tasa de la ganancia podemos mencionar, las organizaciones patronales, la exportación del capital, la formación de monopolios, y la acción del Estado en beneficio del capital.
- Sindicatos: La sobrepoblación relativa es el obstáculo más importante que impide a los trabajadores participar de las ventajas del desarrollo industrial. Para vencer este obstáculo los obreros se agrupan en sindicatos, asegurándose hasta donde es posible, el control de la oferta de fuerza de trabajo. Los sindicatos son así el instrumento más importante con que los obreros procuran mejorar sus condiciones bajo la producción capitalista, deprimiendo así la tasa de la ganancia.
- Acción del Estado en beneficio de los trabajadores: Suele tomar muchas formas: la limitación legal de la jornada de trabajo, el seguro contra el desempleo, etc. La primera reduce la tasa de la plusvalía y la segunda ayudan a los trabajadores en sus esfuerzos por mantener los niveles del salario, deprimiendo ambas, la tasa de la ganancia.
- Organizaciones patronales: Actúan para mejorar la posición contractual del capital frente al trabajo.
- Exportación del capital: Actúa para mitigar la presión sobre el mercado de trabajo doméstico, y en esta forma impide que la acumulación tenga todo su efecto depresivo sobre la tasa de la ganancia.
- Formación de monopolios: Los capitalistas individuales crean monopolios con la esperanza de mejorar su propia tasa de la ganancia. Más aun, el resultado puede ser una elevación de la tasa de la ganancia general.
- Acción del Estado en beneficio del capital: Se trata, por ejemplo, de las tarifas protectoras.
Todo esto demuestra que una gran variedad de fuerzas dispares y aparentemente sin relación unas con otras tienen un foco común en sus efectos sobre la tasa de la ganancia.

CAPITULO VIII LA CRISIS CAPITALISTA

En este capítulo el autor nos habla de las crisis, del cómo y el porqué nacen tomando como referencia (al igual que en el resto de su obra) el análisis que hicieron de este fenómeno tanto Marx como los autores marxistas posteriores.
Marx habla de las crisis en el manifiesto como de algo que se repite periódicamente y que ponen a prueba la vida de toda la sociedad burguesa de manera cada vez más amenazadora. En el Capital y la Historia crítica de la teoría de la plusvalía también se citan las crisis. Sin embargo sus menciones a este fenómeno que recurrentemente aparece en sus escritos son sencillas, es decir que no realiza ningún examen completo o sistemático de la materia, debido seguramente a su complejidad.
La crisis económica solo puede ser explicada por el movimiento real de la producción, la competencia y el crédito, es decir el mercado y el mecanismo financiero (tipos más complicados que los que aparecen en “el Capital” que son demasiado abstractos). Seguramente si Marx hubiera vivido más tiempo los habría estudiado pero dado que no ha sido así Sweezy dice que está obligado a referirse a autores posteriores para dar una visión marxista que explique el fenómeno.
Frente a sociedades de trueque, el sistema capitalista se basa en las transacciones mercancía-dinero-mercancía (M-D-M). Aquí el dinero es un medio de circulación aceptado y estable cuya función y propósito es dividir el acto del cambio en 2 partes que puedan estar separadas en tiempo y espacio. El dinero permitió que el productor no estuviera obligado a buscar a alguien que tuviera lo que el necesitara y que necesitara lo que él tuviera. Así mismo la moneda permite vender el producto cuando se termina y comprar cuando hace falta lo que además de ahorrar tiempo posibilita la especialización (base de la productividad incrementada).
En un sistema de economía simple la posibilidad de una crisis es inconcebible de la manera en que se produce en un sistema capitalista. Si A vende pero no compra a B, este al no vender no puede comprar a C y luego lo mismo con D etc. Una interrupción en el proceso de circulación puede afectar a toda la economía. Así aparece la crisis: coincidencia de existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. En este caso la causa sería el saber porqué A vendió y no pudo comprar aunque ello no es fácil.
Uno de los más grandes errores cometido por los economistas clásicos fue el no distinguir la economía simple de mercancías de la economía capitalista. Según la Ley de Say a una venta le sigue invariablemente una compra por igual cantidad. No puede por ello interrumpirse la circulación M-D-M con lo que no habría ni crisis ni sobreproducción. Esta ley fue seguida por los economistas clásicos lo que devaluó totalmente sus contribuciones a la materia.
En la Historia crítica de la teoría de la plusvalía Marx dedica un apartado entero a criticar dicha ley. Según Ricardo uno está obligado a comprar porqué ha vendido y el dinero no es más que el medio por el cual se ha efectuado el cambio. Para Marx esto no es así ya que el dinero es un medio por el cual se efectúa el cambio dividiendo en 2 transacciones separadas y distintas la venta y la compra. Si uno vende y deja de comprar el resultado es la crisis y la sobreproducción. Por ello la misma forma simple M-D-M contiene la posibilidad de la crisis al dividir y separar operaciones complementarias.
En el sistema capitalista sin embargo la formula M-D-M se convierte en D-M-D´. En el anterior sistema simple el valor de cambio entre las dos “M” es idéntico aunque el valor de uso de la segunda M es mayor en tanto que no tiene valor para su productor, el deseo de la segunda M le da más valor. Así el propósito del cambio es la adquisición del valor de uso y no el aumento del valor de cambio por ello se habla de producción para el consumo y la crisis es improbable.
D-M-D´ funciona de manera distinta. El capitalista inicia su carrera con dinero (D), lanza este a la circulación a cambio de fuerza de trabajo y medios de producción (C), tras el proceso de producción reaparece en el mercado con mercancías que transforma de nuevo en dinero (D´). Las dos “D” representan el valor de cambio, no el valor de uso. Este proceso solo tendría sentido si hay una diferencia cuantitativa entre D y D´ es decir: D´- D= ∆D
La expansión del valor es la base de la circulación D-M-D´, la apropiación de más y más riqueza en abstracto es el único móvil de operaciones para el capitalista. A diferencia de lo que podría ser un “avaro” en la economía simple, el capitalismo no conserva sino que mete en circulación el dinero constantemente. Por ello se dice que el capitalismo es producción para obtener ganancia, lo que hace del sistema más susceptible a las crisis.
Sin embargo M-D-M no desaparece en todo el sistema, el obrero por ejemplo comienza con una mercancía: su fuerza de trabajo, la convierte en dinero y con ello adquiere mercancías. Por ello D-M-D´ es extraño al obrero pues actúa por necesidad y no por enriquecimiento. La diferencia de comportamiento entre el capitalista y el obrero no se explica por la naturaleza humana sino por la diferencia entre D-M-D´ y M-D-M.
Analicemos ahora la relación entre D-M-D´ y el problema de las crisis. Lo que el capitalista busca es que ∆D sea lo mayor posible. No juzga este por su volumen sino por su aumento respecto a lo que dispone en origen (es decir ∆D/D) esto es la tasa de ganancia.
Como en la economía simple cualquier interrupción en el proceso de circulación, cualquier retención del poder de compra dentro del mercado puede iniciar contradicciones y dar origen a la sobreproducción lo que refleja un descenso en la misma. La diferencia es que ahora es fácil de ver lo que puede iniciar la contradicción, si le ocurre algo a ∆D el capitalista reconsiderará la conveniencia de lanzar D a la circulación. Podemos afirmar que ∆D es el talón de Aquiles del capitalismo (y del que carece la economía simple). Si ∆D desaparece o se vuelve negativo el incentivo a la producción deja de existir. Los capitalistas retirarán su capital, reducirán la circulación y comenzará una crisis seguida de sobreproducción.
Suponiendo que la tasa de ganancia fuera siempre positiva habría también posibilidades de que los capitalistas reduzcan sus operaciones lo suficiente como para crear una crisis puesto que según Marx, en el capitalismo no se trata solo de reemplazar la misma masa de objetos del que se compone el capital en la misma escala o en una ampliada sino de reemplazar el valor del capital adelantado con la tasa usual de ganancia. Tan pronto descienda la tasa de ganancia por debajo del nivel ordinario se reducirán las operaciones de los capitalistas.
A la larga el capitalista debe reinvertir su capital si quiere seguir acumulando. Esto no significa que lo deba hacer inmediatamente ni en la misma línea de producción. Si ∆D baja, los capitalistas retirarán su capital de esa industria para invertirlo en otra más rentable, pero si baja en todas, no podrán beneficiarse reubicándose, por ello, esperan a que las condiciones sean más favorables otra vez. Este parón interrumpe el proceso de circulación y provoca la crisis y la sobreproducción. Esto es en realidad el proceso por el que la tasa de ganancia se restituye completa o parcialmente a su nivel previo.
Por ello no es verdad que deba desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa para producir una crisis. Lo único que se requiere es un descenso de la tasa de ganancia más allá de lo ordinario suficiente como para que los capitalistas retengan su capital en forma de dinero esperando la vuelta de condiciones más favorables. Esto rompe la continuidad del proceso de circulación y precipita la crisis.
No se debe en ningún caso pensar que el capitalista en crisis en vez de aumentar su tasa de ganancia aumenta su consumo personal pues esto cambiaría el carácter de la demanda de mercancías pero no induciría a crisis alguna ya que no se interrumpiría el proceso de acumulación. No debemos pensar en ningún momento que el capitalista pierde su interés en la acumulación y se vuelve de repente un ciudadano moral (ello lo previene Marx).
La teoría moderna sugiere que la clase capitalista se divide en dos secciones: la de los empresarios que organizan y dirigen los procesos de producción y la de los poseedores de capital en dinero que a través de sus préstamos suministran los fondos que los empresarios necesitan para sus operaciones.
En este caso el empresario pensará que vale la pena invertir capital mientras que la tasa de ganancia sea mayor que el interés que está obligado a pagar. Tan pronto la tasa de ganancia esté debajo del interés, el empresario no invertirá, la circulación se interrumpirá y vendrá la crisis.
Realmente cuando el tipo de interés es bajo, los capitalistas prefieren no prestar su capital, la creencia es que estos tipos no durarán mucho y que es más rentable esperar a que estos vuelvan a crecer. Aunque si esto se prolonga mucho, los capitalistas se resignarán al tipo bajo.
La negativa a prestar a un tipo de interés bajo es la misma que la de invertir cuando la tasa de ganancia es inferior. Es decir que la clase capitalista restringe sus actividades de inversión cuando el beneficio sobre el capital cae por debajo de cierto nivel.
El proceso de acumulación del capital lleva consigo una tendencia a descender la tasa de la ganancia, si esta no se elimina el resultado puede ser la crisis. También puede pasar que los capitalistas no puedan vender las mercancías en sus valores, si se produce demasiado, el precio cae por debajo del valor y la ganancia se reduce o desaparece. Si esto ocurre en varias industrias el resultado es la crisis.

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