jueves, 3 de diciembre de 2009

Mundo Nuevo

No hay mal que por bien no venga. La situación económica es tan crítica que parece que, por fin, la gente ya no puede echar la culpa a los parados de "no querer trabajar". Llega la hora de movilizarse, de radicalizarse, sin que esto signifique ser violento.
Sociológicamente esta crisis supone la muerte de la ideología cero, del pensamiento único y de la sociedad de mercado porque esto ya no da más de sí. Puede que sea un momento horrible para los bolsillos, pero es un momento absolutamente feliz para la conciencia social. Seguro que vuelve la dignidad a nuestros corazones.
Citando a Durruti: "No tenemos miedo a las ruinas (financieras), los obreros hemos construído los palacios de España y América, podremos volver a hacerlo. La Burguesía -digamos, liberalismo- puede hacer estallar su mundo en mil pedazos antes de abandonar el curso de la historia, pero nosotros llevamos en el corazón un mundo nuevo".

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